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¿Es el copycat la nueva democracia de la moda?

¿Inspiración o vil copia? Es una pregunta que puede rondar constantemente el pensamiento de algunos al ver las versiones fast fashion de ciertas colecciones de grandes casas del diseño. Como el estilo preppy de Tommy x Gigi que rápidamente se expandió por marcas como Stradivarius y Berska o el colorido de Gucci que fue plagiado en cuestión de días por MNG y Forever 21.

Es obvio que los grandes retailers enfocan sus esfuerzos en tomar características de las colecciones de exponentes del diseño para inspirarse y sacar prendas parecidas a las vistas en pasarela y a un precio mil veces más económico. Pero hasta qué punto la democratización del vestir y masificación de la alta moda del se ha convertido en una excusa para cometer plagio tras tras plagio con el fin de distribuir prendas similares a varios millones de personas.

Primero debemos conocer la diferencia entre copia, plagio e inspiración:

Gucci/Forever 21 -Imagen tomada de Harper's Bazaar-

La copia es imitar o reproducir un producto existente, o sea, que vea idéntico a otro producto. Esta puede ser legal, siempre y cuando se respeten los derechos de autor.

 

El plagio es una copia sustancial, es decir, en esencia es lo mismo pero se le cambia uno que otro detallito sin embargo el plagio trae consigo un agravante, el plagiador se atribuye la autoría de la obra o producto a pesar de que sea una obra o producto ajeno.

 

La inspiración se trata de tomar elementos no apropiables, ya que pertenecen a un grupo de elementos culturales y estos son de característica libre, los cuales se usan para crear una obra o producto.

Al tener esto claro, nos damos cuenta que, si bien las cadenas de moda rápida no copian las prendas exactamente igual, si recaen en conductas de plagio pues se crean prendas muy (MUY) parecidas a las vistas en otros diseñadores y se atribuyen la autoría de las mismas. Sin embargo, es esto lo que ha exigido el consumidor de moda durante los últimos años; atuendos de pasarela al menor precio posible y sin tener que esperar meses para obtenerlos. Sin darnos cuenta, hemos convertido la democratización de la moda en un aval para la copia, permitiéndole a empresas fast fashion “inspirarse” en colecciones ajenas, sin brindarnos en realidad algo nuevo.

Gucci /MNG  -Imagen tomada de Fashion Law-

Esta imitación constante y la evidente falta de creatividad, no solo se presenta en estas grandes empresas, sino también en marcas emergentes que entran al juego imitando los mismos diseños que Zara le copia a Gucci o Stradivarius a Tommy Hilfiger, dando cuenta del abismal vacío en materia de creativos por el que está pasando la industria y que nosotros como consumidores, ávidos por la rapidez, pasamos por alto e incluso aceptamos con tal de tener algo semejante a lo que crean grandes diseñadores.  

MNG / Gucci - H&M /Chloé -imagen tomada de Business of Fashion-

El cuento de la democratización se está quedando corto y tras él estamos justificando prácticas que impulsan conductas desleales; como compradores nos hacemos los de la vista gorda, (sí, nos, me incluyo ahí porque yo también compro en estas grandes cadenas de ropa) aún así, es necesario que hagamos el ejercicio de concientización ante la situación, no les voy a decir que dejen de comprar allí, aún no hemos logrado salir del boom que han causado estas marcas en nuestro país, por lo que es bastante complicado dejar de volver a ellas, sin embargo, intentemos buscar marcas que no apunten tanto al plagio de diseñadores, así vamos a movilizar la economía local y tendremos colecciones más originales en nuestro clóset y no las prendas que TODO el mundo tiene.

Hasta muy muy pronto

Cam♡

Glam by Cam ©
María Camila Hurtado Hernández
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Última actualización Septiembre/2017
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